Consciencia corporal

De pequeño siempre fui muy activo, el parque era mi espacio; salía a las 6 am y podría habitarlo hasta las 8 o 10 pm; temprano salía a trotar, luego entrenaba con mi equipo de fútbol, cuando no tenía clase, seguía jugando hasta el almuerzo, y continuaba en la tarde (o bien jugando fútbol o bien baloncesto), en las noches por lo general disfrutaba de baloncesto o micro fútbol. Me creía súper consciente de mi cuerpo, incluso en el 2001 cuando inicié empíricamente mi grupo teatral, y los entrenaba y les decía que escucharan de su corporeidad, pero sin un sentido claro de que era aquello que les pedía; al ingresar a la Universidad, tuve clases como Danza, Gimnasia y Entrenamiento Corporal; Entonces me aproximé más a las técnicas, y ahora sí creía que era consciente de mi cuerpo, me gusta el teatro físico, y que sea el cuerpo el que recree la escena; pues bien, mis conocimientos aunque amplios no se acercaban a la consciencia de mi instrumento. Sólo cuando me acerqué al método Feldenkrais®, cuando comencé a escanearme con referencia al piso, al ver que mi cuerpo (como todos) no es simétrico, al percibir como se distribuía mi peso acostado en el piso, al notar las diferencias, muy lentamente me fui haciendo consciente de mi corporeidad; no sabía todas las tensiones innecesarias con las que habitaba, tampoco de mi manera de desplazarme (algo inclinado hacia adelante), fue poco a poco como aprendí a llevar mi atención sobre distintos lugares de mi cuerpo, de vincularlos al movimiento, y de soltar tensiones innecesarias, incluso aún me sorprendo ahondando más en mi percepción, hallando lugares que aún usan tensiones innecesarias, pensar en mi esternón o en mi cervical 7 y darles movilidad, es algo que quizá antes no hubiese comprendido cómo hacerlo.

 

Cada vez intento hacer movimientos más pequeños y más lentos, y sorprendentemente veo como avanzo más rápido en la agilidad, movilidad, e integridad de todo mi ser en cada movimiento; considero que tengo más opciones de responder a cada aventura que me ofrece la vida, reconozco con más facilidad lo que no me gusta y mi cuerpo se manifiesta de inmediato, es así como antes de esas respuestas impulsivas, logro establecer dos o tres opciones para enfrentar, esquivar, manejar, obviar o frenar las cosas que vivencio. El camino de la consciencia corporal me hace sentir mejor conmigo mismo, me hace sonreír más, me hace más feliz.