Sentirse, escucharse, observarse, en mi acelere creí que lo hacia todo el tiempo,
tensión, tono, dolor, cuan lejos estaba de conocerme;
silencio, descanso, pausa, ahora sé mucho más de mí, me percibo,
movimiento, diferenciación, ecos, Cuido de todo mi ser, evito lastimarme.
Conocer mis formas internas, curvas, hundimientos, protuberancias,
empiezo a escucharme en la cotidianidad, atención, respiro, descanso;
reconstruyo mis patrones de belleza, reversible, integrado, móvil,
me acepto y me transformo con cuidado, despacio, de a pocos, suave.
Menos es más, suave es más poderoso el cambio, sin dolor hay mejor aprendizaje;
no sólo me amo por mi imagen exterior, o por mis logros, y experiencias,
amo todo mi ser, todo mi movimiento, incluso mis fracasos,
sin estos, no aprendería que existen muchas formas de hacerlo bien,
que tengo la capacidad de hacerlo de diversas maneras,
de disfrutar cada vez lo que hago porque ahora no es monótono,
no pretendo tener certezas, disfruto el camino, el proceso,
ahora que emprendo este camino de reconquistarme cada día,
he comprendido qué es amarme, aceptarme, permitirme ser.
